Graciliano Baró Rodríguez estaba afiliado al Partido Socialista y a la UGT. Estuvo detenido como consecuencia de su participación en la Revolución de 1934. Cuando se produjo la sublevación militar, se incorporó voluntariamente como miliciano en uno de los batallones. Tras la caída del Frente Norte astur-leonés fue detenido y sometido a un juicio sumarísimo en el que se le condenó a muerte. En el año 1938 su pena fue conmutada por la de treinta años y un día de prisión. Pasó por el campo de concentración de San Marcos, por la Prisión Provincial de León, por la Prisión Central de Burgos y por el Destacamento Penal de Fabero.

Posteriormente,  fue sometido a un expediente de responsabilidades civiles incoado  el 11 de julio de 1938 por la Comisión Provincial de Incautación de Bienes de León. El expediente quedó inconcluso. En 1939 pasó a la jurisdicción de responsabilidades políticas tras la promulgación de la Ley de ese mismo año. Nuevamente, quedó sin acciones y, finalmente, fue sobreseído debido al retraso en la tramitación y a la entrada en vigor de la Reforma de la Ley de Responsabilidades Políticas de 1942.