Miguel Castaño Quiñones era periodista. Empezó trabajando como telegrafista en el periódico La Democracia, medio del que terminó adquiriendo y dirigiendo. Afiliado al Partido Socialista, siempre desempeñó una intensa actividad política. En 1910 entró por primera vez en la corporación municiapl de León como concejal. Posteriormente, se presentó como candidato a diputado provincial. En 1931 fue candidato a diputado por León en las elecciones generales. Ese mismo año se convirtió en el primer alcalde republicano de la ciudad, cargo que ejerció hasta el año 1936. Únicamente estuvo fuera de la alcaldía durante un año. Tras las elecciones de febrero de 1936 recuperó su puesto, cargo que mantuvo hasta la sublevación militar.

Cuando las tropas sublevadas se hicieron con el control a lo largo del día 20 de julio, fue detenido. Junto al resto de autoridades republicanas fue sometido a un juicio sumarísimo que se celebró el 4 de noviembre de 1936. Fue condenado por un delito de traición a la pena de muerte, siendo ejecutado el 21 de noviembre de 1936.

Posteriormente, la Comisión Provincial de Incautación de Bienes de León procedió a la incoación de un expediente de responsabilidades civiles que comenzó a tramitarse el 16 de marzo de 1937.  Tras su instrucción, fue condenado al pago de una sanción de 250 pesetas que fue abonada por su familia.